No todo en el camino del héroe son laureles, pruebas superadas y triunfos. También están presentes los momentos de desesperación, tristeza, soledad y confusión. El héroe se tiene que medir por sí solo a las pruebas y a la incertidumbre de verse vulnerable, enfrentando lo que se conoce como: la noche oscura del alma.
De qué se trata
La idea de la “noche oscura del alma” se debe al místico y poeta español San Juan de la Cruz (1541 – 1597). Se refiere básicamente al viaje espiritual que hace el alma para su encuentro con Dios y las pruebas que debe superar para alcanzar su destino. No obstante, para los fines de nuestro camino heroico, entendemos la noche oscura como un periodo de transformación, aprendizaje y pruebas dentro de la alquimia personal que nos lleva al crecimiento. Es una situación que por lo general dura un cierto tiempo; no se trata de un evento corto o aislado.
La oscuridad es ausencia de luz. La noche oscura del alma es precisamente la presencia de un bache en la consciencia, un bache en la comprensión que tenemos en general de la vida o es también el enfrentamiento con una realidad que es nueva y que estamos en proceso de asimilar. Una cosa es el plan que tenemos, lo que queremos que pase y lo que creemos que vendrá, y otra muy distinta es el desenlace paulatino de los pasos que damos. Esta contradicción y el riesgo de sentirnos incapaces de superarla, es lo que nos da la sensación de afrontar una “noche oscura del alma”.
Es comer el lodo
En esta etapa del camino heroico es cuando quizás experimentamos más dudas sobre nuestra valía personal, sobre nuestra capacidad real para hacer frente a las cosas, dudas sobre si la decisión que tomamos en realidad fue buena o si hubiera sido mejor quedarnos donde estábamos.
En la noche oscura del alma empezamos a flaquear, a sentir que tal vez sea mejor devolvernos en vez de aventurarnos a ese nuevo mundo hostil, lleno de pruebas y en el que estamos en permanente peligro de perdernos a nosotros mismos o de morir. Acá la muerte no se refiere solo al literal fallecimiento del cuerpo, sino a la muerte de la idea que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea (sentido de identidad) ¿Si eso se acaba entonces qué seremos? ¿En qué nos convertiremos? En las respuestas a estas preguntas está precisamente la simiente del surgimiento del héroe.
Es un reto en sí mismo
La noche oscura es un conjunto de pruebas y nos corresponde pasar despacio por ellas, encontrar “el maestro” que nos traen y confiar en que tenemos los recursos para superarlas.
¿Te acuerdas de esas situaciones tormentosas y difíciles que has podido superar? Esa bancarrota, el dinero que se iba, pero no llegaba; esa amenaza permanente, un proyecto que no salía bien, la presión de las circunstancias, los proyectos que no prosperaban, ese proceso legal que llevaría tu vida a pique, ese trabajo detestable que te secaba el alma, ese amor imposible, esa nube negra que parecía rodear tu cabeza… ¿Quién eres tú ahora después de haber vivido eso? ¿En quién te convertiste? ¿Qué has aprendido?
La noche oscura transforma tu espíritu y tu manera de ver el mundo. Hay quienes llaman a eso: experiencia. Estas circunstancias nos ponen contra las cuerdas e invariablemente nos dan la lección de que no siempre las cosas son como parecen y la vida no tiene por qué funcionar como “creemos que funciona”. Conocemos desde seres perversos y verdaderos demonios, hasta ángeles ocultos de quienes menos esperábamos ayuda.
Por eso hay que ser reiterativos en lo siguiente: la noche oscura del alma no es algo que nos pasa y ya, no es algo que se resuelva con bonitas frases “positivas” de librito de auto–ayuda, tomando “una copa” o yendo de shopping; la noche oscura es un proceso espiritual que nos demanda activar la “consciencia despierta” para traer la luz hacia esos puntos donde no se ve en absoluto y donde parece que no hay nada.
Hay noches oscuras que trascendemos, pero hay otras en las que nos quedamos. Hay quienes quieren quemar el mundo solo porque no han sido capaces de superar su noche oscura: simplemente viven en ella. El materialismo actual es un eficaz caldo de cultivo para hundirnos en el fango. Nos tomamos la pastilla para la fiebre, pero la infección sigue ahí; no nos hemos detenido a presenciar qué es lo que nos trae la noche oscura, qué es lo que nos enseña, cuál es su fondo, contexto y causas. Estamos acostumbrados a comprar distractores, tranquilizantes y toda suerte de juguetes para mirar hacia otro lado.
Salir para avanzar
La noche oscura nos invita avanzar y a reconocer que hay un desequilibrio que pretende mostrarnos cosas nuevas. La noche oscura nos trae metáforas, ideas, poesía e imágenes; algunas de esas representaciones no siempre son virtuosas obras de arte, sino demonios enmascarados y seres de ultratumba que habitan en nuestra sombra ¿Qué nos enseñan todas esas figuras? ¿Qué comprendemos de nosotros mismos?
No hay una receta declarada para salir de la noche oscura y forjarnos como héroes. La única posibilidad es encararla, hacerle frente al miedo, presenciarlo, saber que está ahí, para qué existe y de qué nos protege… y simplemente seguir adelante. Reversar o rendirnos es huir de la posibilidad de salir fortalecidos y convertidos en verdaderos héroes.
Hoy, luego de haber construido nuestras capas de heroísmo, si miramos atrás nos damos cuenta de que nos hemos convertido en una versión más completa de nosotros mismos, habiendo superado las pruebas y las noches oscuras del alma que vivimos. La noche oscura no te mató ni te matará, pudiste sobrevivir, la noche oscura finalmente te muestra la vida tal como es, con luces y con sombras.
Crédito de la imagen: http://www.professionalplanner.com.au/wp-content/uploads/2014/03/Loneliness-empty-beach-walker.jpg
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[…] Este arquetipo nos habla de que hay traspasar la oscuridad para hallar la luz y valorarla. Nos dice que la oscuridad en sí misma no es “mala”, simplemente es una vivencia que nos muestra el contraste de aquello que no comprendemos estando solo en la luz. No nos gusta atravesar la oscuridad por todo lo que implica y porque cuando se profundiza se convierte en una noche oscura del alma. […]
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[…] Para entender el sentido de esta entrada deberías revisar:El Camino del HéroeEl Camino del Héroe: La separación y el llamado a la aventura (1)El Camino del Héroe: Negarse al llamado o decidirse a cruzar el umbral (2)El camino del héroe: La Iniciación (3)El camino del héroe: la noche oscura del alma (4) […]
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Poniendo atención al texto efectivamente estoy en ese proceso que no termina aún en mi caso ya pasó lo peor pero imagino que todavía queda un poco de aprendizaje
Efectivamente la noche oscura no me mató pero se llevo todo lo que consideraba mío
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Yo estoy ahora mismo en esa noche oscura que ni siquiera sé si tendrá fin. Con 23 años empecé a experimentar gozo profundo y una sensación de infinitud en mi pensamiento. Y me pasaba cada dos días aproximadamente, sintiendo así como mi mente se abría más y más. Aquello me llevó, a su vez y ya cerca de los 24, a una hipersensibilidad y ansiedad muy profunda. Me ingresé en el hospital en psiquiatría y fue allí donde tuve la experiencia más intensa. Mi mente se abrió de tal manera que sentía mi cuerpo como un traje de mi mismo y la inspiración y una especie de precognición me inundó por unos minutos. Miraba a las personas y sentía dentro de ellas, como si supiera todo, como si la mente divina se estuviera expresando a través de mi. Entonces caía en el otro extremo y sentía un miedo aterrador. Un chico comenzó a decirme frases cómo si estuvieran dirigidas hacia mí. Mi cuello se giraba sólo cuando ocurría. Sentía una extraña conexión con él. Al subirnos a planta y encontrármelo en la habitación le pregunté, cómo si las palabras salieran solas de mi boca: quién eres? , Y me contestó: soy el profeta Aron, dios te está guiando, recuerda lo que has venido a hacer aquí, a aprender sobre la vida y sobre la muerte. Y qué debo hacer? Dije yo. Y no respondió nada. Solamente encogió los hombros y me dijo mira al cielo. A partir de ahí estuve 10 meses muerto en vida. Me recuperé, sintiendo ese brillo de nuevo dentro de mí y estuve como cuatro años bien a muy bien. Ahora llevo más de tres años con agorafobia o algo similar que me impide hacer una vida totalmente normal. Y en ese momento estoy ahora, con la esperanza de que todo cambie y recupere mi brillo interior. Quería compartir un poco de mi historia con ustedes. Gracias por escucharme. Un saludo.
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Gracias por tu apertura y valentía de compartirlo para todos acá…
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Yo no sé si lo que viví hace unos años fue una noche oscura del alma. Me perdí, me perdí de todo y todos. Mandé todo al carajo, yo incluida. A mis amigos/as les dije que me iba a ir de viaje, pero tan solo estaba en mi casa, ocultándome de todo, al borde de un abismo. En esa época escribí mucho. Un día estando en un lugar lleno de pasto, mucho verde, mucho espacio, mucho cielo, sentí infinitud en mi interior. Una correspondencia entre todo lo que estaba más allá que no alcanzaba ni siquiera a vislumbrar y algo dentro de mí. No sé si sea verdad o no, tal vez era lo que necesitaba sentir en ese momento para poder continuar. Después de un tiempo todas las cosas que había despreciado antes, todo lo que había enviado al carajo, se solucionó. Pude volver. Pude volver a la vida y a mí misma. Pasados unos años entendí ese perderme como una experiencia espiritual de vaciamiento. Me dejé y dejé todo y me fui para ver si realmente era lo que había creído ser y si no era eso entonces qué era realmente. Al solucionarse todo, por lo que sea, tal vez destino, mi verdadero ser, no sé qué, pero todo pudo volver. Cosas que al querer retomar en un momento parecieron imposibles, porque no dependían de mí, sino de muchas otras circunstancias y personas, finalmente lograron superarse y yo pude volver. Por lo que creo que estaba en mi camino, pero igualmente era necesaria ese extravío para encontrarme. Y al ver cómo todo fue fluyendo a lo que fue y ahora es, me siento infinitamente agradecida con todo, con el desespero mismo. (Claro que lo agradezco desde acá, desde hoy y tras haberlo superado). Y como dije, pienso que el poder regresar y hacer las cosas, mejor, ya que tenía esa experiencia, me indican lo que he de hacer, por mí o por mi destino. Fue muy duro, muy difícil y muy afortunadamente conté con el apoyo de mi padre al final, quien me ayudó a poder retomar todo lo que había dejado. Un día me escribió mi mejor amigo, pensando que yo estaba de viaje y me contó sus cosas. En ese momento le escribí diciéndole que cuando más necesitaba a un amigo era cuando menos lo merecía, y le conté toda la verdad. Y aquí otra muestra de lo que es verdadero: me dijo que me entendía y que pensaba que había sido necesario para mí alejarme de todo. Todo esto fue en el 2017 y ahora todo está fluyendo, no sé a dónde, pero tal vez lo importante no es saber a qué o a dónde, sino que fluya en sí mismo. Cuando logré volver a mis estudios de pregrado en lo que hacía se notaba esa experiencia pasada. Hoy en día estoy haciendo maestría y el tema de errar sigue estando presente en lo que hago. Creo que hay profundas crisis que no se resuelven por completo, o al menos no por ahora, sino que vuelven, y cada vez uno aprende cómo tratarlas, cómo darles un sentido de alguna manera y cómo darse uno también un sentido.
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Muy bueno. No creo haber pasado por la noche oscura del alma. Tal vez más adelante ocurra. En tanto sigo con Is devociones. Creo que mi compromiso de aceptar todo lo que llegue a mi vida me sostendrá cuando sea necesario.
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Sí señora, así como lo dices, cada día trae su afán… es duro entenderlo y dejar de lado el ego que quiere sentir que tiene el control, pero como sea, el «control es una ilusión»
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[…] cuáles han sido tus momentos más oscuros hasta ahora? ¿Cuáles han sido tus noches oscuras del alma? ¿Qué pensabas en ese momento? ¿Cómo te sentías? Era como estar en el fondo de un hoyo oscuro […]
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[…] La noche oscura del alma […]
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Yo he pasado la noche obscura del Alma y créanme no es nada de lo que se imaginan es terrible. Cuando estuve ahí tan sólo despertarse y poner los pies sobre la tierra era sumamente pesado, con un dolor en el pecho las 24 horas y si no mal recuerdo tarde así mas de 1 año.
En esos momento a quien le extiendes la mano es a DIOS y la ORACIÓN se convierte en un antídoto que te da calma. Evidentemente hay un cambio radical en el pensamiento y en la forma de ver la vida, como dice el artículo el verdadero Hombre no se ve en las victorias, si no el día de la tormenta.
Y aprendes algo que es lo mas importante en la vida, que es ir con DIOS.
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Volver al amor, al centro corazón. Gracias por la valentía de compartir tu testimonio.
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[…] en esta situación. ¡Já! Sé que no es así, sería absurdo pensarlo. Todos pasamos por estas noches oscuras del alma, pero en todo caso no se me ocurre cuál podría ser el desenlace posible de esta circunstancia […]
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[…] lo comenté en la noche oscura del alma. Bajamos al infierno cuando comemos el lodo, cuando todo se derrumba. El problema es que le tememos […]
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Me ha venido muy bien, aveces más que noche , son muchas noches , pero volver atrás no es una opción . Un saludo
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