
El dominio de los secretos
La palabra Hierofante es de origen griego y se compone de: “hiero” (sagrado) y “fantes” (enseñar), por eso este arquetipo es quien “enseña las cosas sagradas”. Cuando equilibras el poder racional del Emperador con la intuición vidente de la Emperatriz y la Sacerdotisa, surge el Hierofante, forjado en el “principio masculino espiritual” que sirve como puente entre el mundo celestial y el terrenal y revela un nivel de maestría en el mundo interior.
El Hierofante se conecta a través del chakra corazón y este enlace solo puede hacerse a través del intelecto, la intuición y los sentidos internos, todos en un perfecto balance. Por eso representa el triunfo sobre el poder de la mente y el ego, que niegan la capacidad y la posibilidad de manifestar dones más allá de las restricciones habituales de la consciencia terrenal.
El Hierofante “aterriza” los misterios de la Sacerdotisa, porque su enfoque es más cercano al de un consejero, al de un “mostrador de caminos y posibilidades”, pero nunca el de un juez o de un “gurú” que te detalla qué hacer y cómo hacerlo, porque espera que despiertes tu maestría y actúes desde tu propia sabiduría.
Este arquetipo se ha forjado a sí mismo desde la experiencia y el aprendizaje contrastado que luego se convierte en sabiduría. Por eso no asume una ideología y se le facilita cuestionarse permanentemente todo lo que cree saber, porque comprende que el mundo es dinámico, porque las realidades y respuestas son tan cambiantes como nosotros mismos, porque comprende la relatividad de esta realidad dual en la que vivimos.
El Hierofante en sombra es fanático, propenso a juzgar, impaciente con las fallas y demoras de los demás. Espera que sus discípulos vayan a su ritmo. Puede “congelarse” en su mundo de conexiones, visiones profundas y “viajes estelares”, o en elevados discursos espirituales que le distancien de la realidad terrestre y de la posibilidad de acercarse y hacerse entender. Esas personas que “espiritualizan” todo, que repiten interminables citas de libros sobre “espiritualidad” y que se ponen una máscara de ego “espiritual decorado”, son fuertes sospechosas de ser un Hierofante en sombra, porque además es complejo discernir su sutil apariencia.

Este es quizás un arquetipo de “difícil acceso” porque requiere proceso, trabajo interior e integración de varios opuestos. Por eso una de las acciones más relevantes del Hierofante se relaciona con la conciliación y con servir de puente entre el cielo y la tierra… sin estar tanto allá o tanto acá.
¿En qué sientes que eres un maestro o maestra? ¿Qué es aquello que dominas y que sabes explicar con gozo en el alma y con soltura? ¿Qué es aquello que quisieras que otros seres comprendieran para que pudieran estar más felices y en paz? Las respuestas a estas preguntas te mostrarán cómo se manifiesta el arquetipo del Hierofante en ti… ya sea en luz o en sombra.
¿Cuándo y cómo has actuado como un Hierofante? ¿A quiénes reconoces como Hierofantes en tu vida y por qué? Cuéntanos en el espacio de comentarios…
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