Final de la temporada de clichés
«No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría» (Jean Cocteau)
En esta entrada, de modo gráfico y sencillo, retaremos nuestra mente a romper la fijación y atreverse a ver el mundo distinto. Se trata solo de eso, de atreverse a preguntarse: ¿Qué tal si esto fuera de esta u otra forma distinta…? Para romper los estereotipos es necesario darse cuenta de que en realidad creemos en un montón de ideas fijas que damos por hecho, y no sólo eso, sino que se trata de ideas que en la mayoría de los casos ni siquiera son nuestras, nos las dejamos meter y nos las tragamos enteras asumiéndolas como un dogma… y lo más grave es que al final terminamos tomando esto como si fuera la verdad.
Pasados agosto y septiembre, queda terminada la temporada de clichés. Desde una profesión, desde el cine, desde Disney, desde la vida de pareja, desde «el mito de felices por siempre», tuvimos oportunidad de explorar algunos tipos de clichés. Sin duda quedan muchos otros, pero el objetivo de explorarlos y abrir los ojos queda cumplido.
¿Cómo sería el mundo de distinto si desde pequeños nos enseñaran a ponernos de verdad en los zapatos de mucha gente? Seguro que la idea de la empatía dejaría ser un cliché tan socorrido por libros de auto-ayuda escritos por psicólogos y cuanto gurú hay por ahí.
1. ¿Quién dice que los niños no pueden jugar con muñecas? ¿Quién dice que las niñas no pueden jugar los «bruscos» juegos de los niños?
2. ¿Quién dice que los niños no pueden experimentar haciendo cosas de casa? ¿Cuál es el problema con que los chicos y las chicas compartan las mismas actividades (sin ningún distingo de género)? ¿Cuál es el problema con que los chicos experimenten cuidando a las chicas?
3. ¿Quién dijo que la muñeca Barbie era el estándar de belleza que queremos para nuestras mujeres?




4. Si todavía no has entendido el ejercicio probablemente estés empezándote a escandalizar. Estas no son más que las voces de nuestra ignorancia social que viven dentro de nosotros, son síntomas de ese pensamiento primitivo y prejuicioso con el que damos por hecha la realidad; todavía creemos que la sexualidad es estrictamente un tema biológico, que se nace con ella. La sexualidad es también una elección que se descubre.
5. Otra forma de vencer los clichés es superar la identificación con la forma, con la apariencia. Haz un ejercicio sencillo con la siguiente imágen: Te encuentras a este señor por la calle ¿Qué juzgarías con un atuendo o con otro? Ahora pon cada atuendo en contexto ¿Cómo seguirían funcionando tus juicios?
6. ¿Dónde está definido que el estándar de belleza es uno solo? Y esta cruz la tienen que cargar especialmente las mujeres. Veo a muchas de mis amigas sacrificando muchas horas de sueño a la semana y mucho de su presupuesto para poder encajar en un estereotipo. Si no las han de querer como genuinamente son…




7. ¿Quién dice que las princesas tienen que ser sosas y aburridas? ¿Quién dijo que las niñas tienen que aspirar a lo de siempre: a mantener el statu quo?

8. ¿Dónde está escrito que hay cosas de hombres y otras de mujeres?


9. Tanto hombres como mujeres podemos hacerlo.
Y finalmente, aquí va una forma que tiene Quino de mostrarnos los valores, estereotipos y clichés imperantes en nuestro tiempo.
Con esto damos por terminada la temporada de clichés. Gracias para quienes la siguieron, compartieron y publicaron, pero sobre todo, gracias por aquellos que decidieron ver la vida más simple y distinta después de descubrir los clichés en los que creían.
–