
Aquí viene el sermón: cada que perdemos la claridad en la respuesta a la pregunta sobre cómo ser simple y cada que nos desviamos de lo que de verdad nos importa cuidar, nos metemos en un enredo porque terminamos pensando y haciendo justo lo que no queríamos y lo que no nos importa ¿Sabemos de verdad qué es lo que nos importa? ¿Qué es lo que de verdad estamos cuidando? ¿Le damos a eso el valor que se merece?
Si todavía no le pegas a la respuesta… bien, algunos ejemplos: cuál fue ese paseo al que sabías que no debías ir y fuiste, ese correo que no había necesidad de escribir y que enviaste, esa pelea que no debías casar y que casaste, esa tarjeta de crédito que no necesitabas y que aceptaste sacar, esa deuda para comprar esa tontería innecesaria, ese atajo que no debías tomar y que tomaste… y un largo etcétera. Aquí no hablamos de errores o de accidentes, aquí nos referimos a meternos en enredos por no tener claras las ideas. La claridad mental es pensamiento simple. En eso se resume todo lo que viene: ¿Qué compone el pensamiento simple? Veamos:Leer más »
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