
La capacidad y la inteligencia
Es encantadora la inspiración que produce la Fuerza porque no se refiere a ese ímpetu descontrolado, sino a esa fuerza inteligente que doma desde el sentido, la cabeza y la suavidad del corazón. Esta fuerza está basada en la confianza, en el creer que se puede y en ser capaz de mantener sanamente el control de la furia de ese león interior (fuerza instintiva) que lucha por salir y llevarse todo por delante; es la capacidad de menguar esa fuerza bruta sin propósito que solo busca ser exhibida o alardeada (así sea en “inocentes posts” en redes sociales).
“Ven conmigo y te guío suavemente” parece decirle la dama al león, con el conocimiento que procede del infinito, en conexión con la consciencia y la inteligencia universal. Es la situación cuando poco antes de estallar la pelea te quedas en silencio y te contienes, porque sabes que no tiene caso meterte en ese conflicto. ¿Te suena esto familiar? Esta Fuerza cortesana sabe cuándo combatir y cuándo contenerse, cuándo atacar o cuándo defenderse, esa es su virtud en nosotros.
La Fuerza culturalmente se asocia a una virtud masculina, pero en este arquetipo es precisamente el poder femenino (dama) el que apacigua la furia contenida de la energía masculina (león macho). Esta es una fuerza que libera y amansa, es una fuerza persuasiva y amorosa; el arcano de la Fuerza nos habla de que así debemos tratarnos primero a nosotros mismos y luego a nuestro mundo exterior.
Si el Emperador pone el orden y el Carro nos impulsa a la acción, la Fuerza es la que nos mantiene conectados y en marcha hacia nuestro sagrado propósito desde una visión de esperanza que se sustenta en nuestros recursos esenciales. Así nos sintamos temerosos, así dudemos y nos sintamos tambalear, este arquetipo nos reconecta con la idea de que adentro tenemos lo que necesitamos para salir adelante… como tanta gente lo hace día a día… como tú ya lo has hecho.
Piensa en tus momentos más difíciles, en grandes obstáculos que hayas superado: ¿Cómo lo hiciste?, ¿cómo superaste todo esto?, ¿qué te enseñó esta circunstancia?, ¿qué te mostró de ti? Este arcano tiene una simbología característica: la dama mete sus manos en la boca del león, como indicando que no teme a esas fuerzas instintivas y que está lista para encararlas. Este también es un motivo alquímico en la medida que todas esas fuerzas que pueden desviarnos las transformamos en “oro interior”.
El arquetipo de la Fuerza nos conecta con el cultivo de la autoridad alejándose del autoritarismo. Solo piensa en alguno de tus padres, en ese maestro o maestra, en ese jefe, entrenador… cualquier persona que ejercía un rol de autoridad y que en un momento sucumbió ante las fuerzas desatadas desde su interior sin poner el filtro y el control de su Fuerza esencial… fue un estallido, un maremágnum y hasta ahí llegó su autoridad genuina. Si no se socavó, por lo menos sí debió quedar debilitada.
En estos casos donde nos debilitamos y caemos, es la Fuerza la que nos levanta de nuevo. ¿Cuándo fue la última vez que pediste una disculpa sincera?, ¿qué fue lo que hiciste?, ¿De dónde sacaste la humildad para reconocer que te habías equivocado y hacer a un lado tu ego para reivindicarte? Fue ahí cuando obró este arquetipo.

Puede llegar a ser difícil y contradictorio hablar de la Fuerza en sombra, porque es un arquetipo que pareciera no tener negativo… No hablamos de la anti–electricidad, porque la electricidad es lo que es. No obstante, podemos decir que la ausencia o deformación de la Fuerza nos hace arrogantes, temerarios e indolentes; cuando no nos importan las consecuencias y nos sentimos “los reyes del mundo”, claramente estamos caminando el sendero de la Fuerza en sombra. Cuando sentimos que las circunstancias nos superan y que no encontramos el camino para salir adelante en los retos y desafíos vitales, posiblemente nuestra Fuerza se fue a la sombra.
Los que portan armas se sienten más fuertes al llevarlas y por eso mismo quizás sean los más asustados, porque sin ellas encima no saben qué hacer, se sienten vulnerables y a merced de las circunstancias. El que ataca e intimida primero es el que está más asustado. La Fuerza genuina no necesita publicidad ni amenazas, simplemente deja un mensaje claro “solo siendo”.
Vivimos en una cultura que alimenta esa visión sombría de la supuesta Fuerza a través de la capacidad para agredir, destruir y disuadir. Eso se aleja de la Fuerza en su concepción original, porque si algo distingue a este arquetipo es la confianza inteligente alejada de toda ingenuidad.
La Fuerza, desde una perspectiva chamánica, también se asocia con el arquetipo del “Guerrero Interior” siempre listo a morir, el guerreo que no teme a la muerte porque ya ha muerto y renacido en su interior y sabe que su espíritu no muere; el guerrero que comprende que cada momento de su vida constituye su último esfuerzo consciente. De ahí que la Fuerza sea también un llamado vehemente a la conexión con la vida (lo instintivo).
¿Conoces las fuerzas primitivas que viven en tu interior? ¿Has hablado con ellas, las has confrontado? ¿Nos quieres contar cómo se ha manifestado el arquetipo de la Fuerza en tu vida…? Gracias de antemano porque tu historia a varios nos habrá de servir como inspiración…
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