
Temporada de clichés
En la entrada pasada habíamos explorado algunos clichés relacionados con los “buenos” y “malos” de las películas comerciales gringas. También habíamos revisado algunas frases típicas y las asombrosas capacidades físicas e intelectuales de los protagonistas. En esta segunda parte revisaremos algunos clichés automovilísticos.
1. La legendaria y siempre útil camioneta negra: película gringa que se respete tiene su camioneta tipo “van” que cumple varias funcionalidades: centro de operaciones y comunicaciones, centro de detención e interrogatorio, vehículo de secuestro o rapto inesperado, transporte de ladrones de banco o de agentes de la CIA (o de cualquier otra agencia no clasificada). Es común que esta camioneta no sea notada por nadie, pese a que permanece estacionada por varias horas en un lugar donde le llamaría la atención a cualquier parroquiano. El cliché se completa colocándole el letrero removible de una floristería, una pizzería o de una empresa de televisión por cable.
2. Persecuciones kamikaze en ciudades ultra pobladas: según el cine gringo puedes hacer una persecución policial en automóvil rodando a 80 km/h en un andén que inexplicablemente no tiene casi peatones u obstáculos. Lo único que habrán de encontrarse los protagonistas será carritos de frutas y kioskos de revistas, en su mayoría propiedad de algún inmigrante chino que maldecirá en Mandarín una vez sea golpeado por alguno de los vehículos implicados en la persecución.
Es alta la probabilidad estadística de que surquen el aire manzanas o melones, e incluso alguna taza de café de una mesa que está al aire libre y que milagrosamente también vuela sin lesionar al comensal que la está utilizando, ni a ningún otro que esté por ahí. Es sorprendente además que la mesa, luego del impacto, no se enrede con la suspensión o la dirección del vehículo (dañándola) ni que vuele hasta el vidrio panorámico (haciéndolo pedazos).
3. Autos voladores y otros triunfos automotrices: cercano al cliché anterior está el de las grandes proezas automotrices de los automóviles hollywoodenses. Vivo en Bogotá – Colombia, una ciudad con una pésima infraestructura vial donde es fácil encontrarse huecos, hundimientos y baches, así como alcantarillas y desagües sin tapa. He sido testigo de daños por esta clase de problemas: rupturas de suspensiones y hasta estallido de neumáticos (una amiga perdió las dos ruedas del lado derecho en una alcantarilla sin tapa). Estoy hablando de huecos en la vía que en condiciones de conducción “normal” acaban con cualquier cosa.
Pero en Hollywood los automóviles vuelan de un edificio a otro sin que les ocurra prácticamente nada (véase por ejemplo “The Transporter”). Hace poco vi la última película de “Transformers” y adivinen qué: un pequeño Chevrolet vuela casi desde un octavo piso, cae a una rampa que está abajo (vaya uno a saber por qué estaba ahí…) y sale intacto de la escena… además que los ocupantes siguen como si nada…
¿Alguno de ustedes conoce el caso del vehículo que golpea por detrás a otro y los ocupantes golpeados terminan todos con cuello ortopédico y tremendos dolores de espalda por varios días? Sí, yo sí lo conozco y es más común de lo que parece. Lo asombroso es que en Hollywood un caso de estos termina con los protagonistas rodando a toda velocidad para escapar de la persecución y el auto en perfecto estado. La magia o la bobería del cine.
4. Dominio impecable del auto sin timón: a propósito de persecuciones y escapes, otro de los clichés más socorridos del cine industrial de Hollywood es el de conducir sin controlar el timón y sin tener el pie en el acelerador. Vaya uno a saber cómo lo logran… sin mencionar que la escena comúnmente termina en un salto hecho por el protagonista sobre otro auto que va también a toda velocidad y que curiosamente es un convertible o un camión… sí, donde es fácil quedar en el habitáculo o agarrarse de alguna manija.
5. El vehículo del protagonista nunca choca: continuando con las persecuciones, el vehículo del protagonista siempre pasa sin problemas las intersecciones vehiculares, las luces de tráfico (semáforos) que están en rojo e incluso puede ir contra del tráfico sin un solo rasguño. Otra historia es la de sus perseguidores que chocan con todo el mundo y es deseable para la escena que además se vuelquen. Otro cliché es que siempre hay vías sin congestión sobre las cuales poder escapar a toda velocidad.
Hay un menudo cliché al que extraño bastante. Se trata de la tapa o accesorio cobertor de los rines que parecía un planto y que marcaron las persecuciones de los años ochentas y noventas. No había escena donde alguna de estas tapas luego de un tremendo brinco no se desprendiera y saliera rodando para algún lado. Esta es una escena que empieza a verse “vintage”, pero a la vez divertida y emblemática. Los rines de aluminio nos quitaron este cliché.
Hay un corolario del cliché de la persecución y el escape sin choques. Hemos visto hasta la saciedad el escape por algún puente o viaducto sin terminar, e incluso con la misteriosa e inolvidable escena de un autobús que vuelva por los aires de un lado a otro (“Máxima Velocidad”). En este tipo de escenas también es común que los protagonistas vayan a toda velocidad y salten del vehículo en movimiento justo antes de que este caiga al vacío y luego se paren con la ropa sucia nada más… y tengan oportunidad de ver cómo cayó el auto al vacío o inicien un nuevo tiroteo en el cual ellos no tienen ninguna clase de protección pero nuevamente salen ilesos.
¡Ah! También queda la escena del escape en la cual el vehículo queda atrapado en las vías del tren y no enciende… y la del vehículo del protagonista que avanza inclinado sobre dos ruedas sin caerse y luego pasa entre dos camiones… En fin, aquí podríamos quedarnos.
6. La proverbial escena caminando delante del auto en llamas…: esta escena suele hablar por ella misma. Lo que resulta todo un reto práctico e intelectual es que la onda explosiva no derriba a los protagonistas, las esquirlas y fragmentos no los golpean ni los hieren, y sus oídos singuen intactos sin sangrar.
Además de todo esto, él o los protagonistas se ven salir triunfales, caminando despacio y ojalá resaltando los brazos y los pectorales. Tampoco tiene que tratarse necesariamente de un automóvil que explote, en general puede ser cualquier explosión generada por el protagonista en señal de “cierre de la destrucción y aniquilación final de los malos”. Me gustaba “Duro de Matar” porque Bruce Willis por lo menos salía algo lesionado, sangrando, cojo y sonriente, pero Mark Wahlberg, Vin Diesel y Jason Statham salen caminando erguidos, sacando pecho, mirando hacia algún lado y siempre haciendo cara larga… pero de no de ser por ellos y sus películas cliché, muchos no tendríamos cómo superar el tedio de algunas noches de sábado o el desasosiego de las tardes de domingo previas al funesto lunes.
La historia no termina aquí, los cliché siguen…en la próxima entrada tendremos otros relacionados con las películas de terror, un poco de romance y otras cosas más.
[…] las entradas anteriores hemos explorado varios clichés del cine. Sin más preámbulos entremos en […]
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Hola te invito a seguir mi blog http://ladelibroabierto.wordpress.com/2014/08/22/girl-power-donde-estas/
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Excepto el automóvil del protagonista… siempre queda hecho miseria y le permite a nuestro héroe salir arrastrando…
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Es mejor no comprar carros fabricados en Estados Unidos, según las películas, todo carro que se estrella, explota!!!
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