Déjalo, cámbialo, acéptalo

Posiblemente se trate de sincronicidad o un estado de conciencia más despierta, pero he estado enfrentado a varios mensajes relacionados con las decisiones, las opciones y los escenarios. La primera conversación tuvo este tránsito:

(…) Me preguntó: ¿Y qué opciones tienes?

Sólo atiné a contestarle: No sé… llego a buscarlas o a creármelas. La verdad no lo sé… sólo tengo pura incertidumbre, aventura.

Y me contestó: Pensé que tenías opciones…

Y le respondí: Sí, eso es lo que te digo, las tengo todas.

La última frase detuvo la conversación. Posiblemente haya sido el peso de la verdad: siempre hay opción. El deseo de cambiar tiende a surgir cuando nos damos cuenta de que a la vida le quedan pocas opciones, cambiamos cuando estamos contra las cuerdas, al borde del precipicio y a punto de caer. Cambiamos cuando definitivamente nos tenemos que hacer cargo de lo que nos pasa.

Hoy participé en una conversación en la que escuché esta frase: “El 95% de los miedos que tenemos son imaginarios…”. Luego la charla evolucionó hacia lo siguiente: ¿Qué es lo peor que puede pasar…? ¿Quedarte en la ruina…? Sí, tal vez (dije). OK, entonces, si te quedas en la ruina, ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Vivir debajo de un puente…? Hmmmmm, tal vez, por qué no… OK, entonces, debajo de cuál puente vivirías… ¡Uy, no lo sé! (contesté) Incluso no estaba tan seguro de que las cosas se pusieran tan decididamente mal como para tener que vivir debajo de un puente.

Seguro (segurísimo) que todavía queda mucha gente dispuesta a tenderme la mano. Incluso habría gente que se escandalizaría de saber que estoy viviendo debajo de un puente y haría algo para ayudarme… también habría otro tanto feliz de saber que eso pasa, pero esa es otra historia. Además, ahora que lo pienso, hasta vivir debajo de un puente requiere cierta dosis de planeación y cálculo.

Parece que el miedo también surge de “saber una sola cosa sobre la realidad” y eso equivale a querer tener respuestas sobre lo que viene. No nos damos cuenta, pero nos educan en el miedo y nos enseñan a perseguir la seguridad y el placer en todo momento para precisamente huir de ese miedo, aunque realmente siga ahí. Es un juego paralizante y enfermizo.

Los tres venenos: apego (gallo), odio (serpiente), ignorancia (cerdo)
Los tres venenos: apego (gallo), odio (serpiente), ignorancia (cerdo)

Placer-dolor, placer-dolor… es la tensión permanente en la que vivimos. Eckhart Tolle dice que: “cuando te quejas, te vuelves una víctima. Deja la situación, cambia la situación o acéptala. Todo lo demás es locura”. Estos son los tres caminos básicos de la acción empoderada y consciente. Son muy diferentes a la aversión (y la agresión), la adicción o la ignorancia (los tres venenos del budismo).

Dejar la situación es saber cuándo soltarla, es el simple acto del desapego. Cambiar la situación es empoderarnos, es actuar sobre aquello de lo que podemos hacernos responsables. Aceptar la situación es entender que ni podemos soltarla ni podemos cambiarla, pero a la vez somos capaces de estar en paz con lo que ocurre; eso es aceptación.

Decirlo es fácil. Lo duro es aplicarlo. ¿Qué es lo que no estás soltando ahora? ¿De qué estás agarrado? Eso se llama apego y es la mayor fuente de la esclavitud del alma. ¿Cuál es la decisión que no has tomado? ¿Cuál es la conversación que no has tenido? ¿De qué estás escapando? ¿Qué estás dejando de enfrentar? Tomar acción nos saca de la parálisis, reduce la incertidumbre y las pre-ocupaciones; la acción nos va mostrando el camino, no al revés. ¿Con qué estás en guerra? ¿Qué es aquello con lo que no estás en paz? Pregúntate y actúa; nadie más lo hará por ti y a nadie más le importa.

Anuncio publicitario

Un comentario en “Déjalo, cámbialo, acéptalo

Tus comentarios le dan vida al sitio:

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.