Hoy es primero de mayo. En varios rincones del mundo es feriado y tal vez muchos de nosotros estamos en casa buscando qué hacer. Un buen ejercicio para el día podría ser alivianar nuestro espacio vital y de paso alivianar nuestra propia alma. En esta entrada aprenderemos unos tips sencillos para decidir qué sacar de nuestras vidas y recuperar espacio.
Mantén lo que tienes si:
- Lo usaste hoy.
- Lo usaste la semana anterior.
- Lo usaste dentro de los últimos seis meses.
- Lo usarás seguramente dentro del mes que viene.
Además mantenlo si:
- Tiene un profundo valor sentimental (diferente al apego) o es una herencia familiar.
- Te lo dieron a guardar y eventualmente tendrás que devolverlo.
- Es claro que te podría sacar de apuros financieros o prácticos en un futuro.
Deshazte si:
- Hace más de seis meses que no lo usas.
- Hace un año o más que no lo usas.
- ¡Ya ni siquiera recuerdas cuándo fue la última vez que lo usaste!
Y con mayor razón deshazte si:
- ¡Lo que tienes no es tuyo y no tienes obligación de guardarlo! ¿Para qué lo conservas?
- ¡No tienes ni idea de si incluso lo usarás!
- ¡No sabes cómo carajos fue que eso llegó a tus manos!
- Si lo piensas bien ¡Y descubres que te importa un “pepino” quedarte sin eso, sácalo de tu vida!
- ¡Si te das cuenta que te duele perder “eso” pero te haces consciente de que no tiene sentido seguir guardándolo! ¡… Y además te das cuenta de que te aferras a una pasado que no volverá solo por abrazar la “droga” de un recuerdo!
Formas responsables para deshacerse de las cosas:
- Busca a quién más puedan servirle tus cosas y regálaselas (puede ser una persona o institución). No sólo se trata de que te “zafes” de las cosas, sino de que practiques el duro arte del desapego. Si puedes hacer una obra social, mucho mejor.
- Véndeselas a alguien si es que vale la pena. Hay ocasiones en las que el esfuerzo de vender puede ser más costoso.
- Si ninguna de las dos anteriores alternativas funciona, entonces ahí sí desecha lo que tengas, pero trata al máximo de que ésta sea la última opción y el “peor escenario”. Si lo que vas a desechar puede dañar el medio ambiente, deposítalo en un lugar adecuado para esto (depósitos de baterías o equipos electrónicos por ejemplo).
Por ahí he visto una frase que dice más o menos que “hay que soltar lo viejo para darle paso a la llegada de lo nuevo”. Prefiero pensar más bien en no agarrarme a nada; así puede hacerse más liviana la vida. Mientras menos tengo, menos necesito, o más bien, mientras más tengo de lo que no–necesito, más dificultad me da tener lo que en verdad me gusta y quiero tener. La idea no es abrir espacio para seguirlo llenando, eso no es más que alimentar un círculo vicioso.
Es mi deseo que este ejercicio, más que ayudarte a abrir espacio en tu espacio vital, te muestre de qué te estás agarrando y cuánto “sufres” por esclavizarte a ese apego. Que te disfrutes el ejercicio tanto como me lo disfruto cada que lo hago. Para tu reflexión final te dejo este vídeo.
[…] me resuelve algo dentro del próximo año? ¿Me lo ha resuelto en el año que ya pasó? Hay una entrada en la que revisé este asunto con más […]
Me gustaMe gusta
[…] Lo que no sirva que no estorbe: cómo deshacerte de lo que ya no necesitas: Esta entrada fue un exaltación al poder de lo simple. Una de las entradas más útiles para los lectores. Es una filosofía convertida en práctica. […]
Me gustaMe gusta
[…] espacio. De vez en cuando hacer el ejercicio de reordenar, despejar, limpiar, mantener el orden y liberarse de lo inútil nos aleja de la idea de que “no nos alcanza el espacio para nada”, que en sí no es más que […]
Me gustaMe gusta