Lo que no sirva que no estorbe: Cómo deshacerte de lo que ya no necesitas

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Hoy es primero de mayo. En varios rincones del mundo es feriado y tal vez muchos de nosotros estamos en casa buscando qué hacer. Un buen ejercicio para el día podría ser alivianar nuestro espacio vital y de paso alivianar nuestra propia alma. En esta entrada aprenderemos unos tips sencillos para decidir qué sacar de nuestras vidas y recuperar espacio.

Mantén lo que tienes si:

  1. Lo usaste hoy.
  2. Lo usaste la semana anterior.
  3. Lo usaste dentro de los últimos seis meses.
  4. Lo usarás seguramente dentro del mes que viene.

Además mantenlo si:

  1. Tiene un profundo valor sentimental (diferente al apego) o es una herencia familiar.
  2. Te lo dieron a guardar y eventualmente tendrás que devolverlo.
  3. Es claro que te podría sacar de apuros financieros o prácticos en un futuro.

Deshazte si:

  1. Hace más de seis meses que no lo usas.
  2. Hace un año o más que no lo usas.
  3. ¡Ya ni siquiera recuerdas cuándo fue la última vez que lo usaste!

 Y con mayor razón deshazte si:

  1. ¡Lo que tienes no es tuyo y no tienes obligación de guardarlo! ¿Para qué lo conservas?
  2. ¡No tienes ni idea de si incluso lo usarás!
  3. ¡No sabes cómo carajos fue que eso llegó a tus manos!
  4. Si lo piensas bien ¡Y descubres que te importa un “pepino” quedarte sin eso, sácalo de tu vida!
  5. ¡Si te das cuenta que te duele perder “eso” pero te haces consciente de que no tiene sentido seguir guardándolo! ¡… Y además te das cuenta de que te aferras a una pasado que no volverá solo por abrazar la “droga” de un recuerdo!

Formas responsables para deshacerse de las cosas:

  1. Busca a quién más puedan servirle tus cosas y regálaselas (puede ser una persona o institución). No sólo se trata de que te “zafes” de las cosas, sino de que practiques el duro arte del desapego. Si puedes hacer una obra social, mucho mejor.
  2. Véndeselas a alguien si es que vale la pena. Hay ocasiones en las que el esfuerzo de vender puede ser más costoso.
  3. Si ninguna de las dos anteriores alternativas funciona, entonces ahí sí desecha lo que tengas, pero trata al máximo de que ésta sea la última opción y el “peor escenario”. Si lo que vas a desechar puede dañar el medio ambiente, deposítalo en un lugar adecuado para esto (depósitos de baterías o equipos electrónicos por ejemplo).

Por ahí he visto una frase que dice más o menos que “hay que soltar lo viejo para darle paso a la llegada de lo nuevo”. Prefiero pensar más bien en no agarrarme a nada; así puede hacerse más liviana la vida. Mientras menos tengo, menos necesito, o más bien, mientras más tengo de lo que no–necesito, más dificultad me da tener lo que en verdad me gusta y quiero tener. La idea no es abrir espacio para seguirlo llenando, eso no es más que alimentar un círculo vicioso.

Es mi deseo que este ejercicio, más que ayudarte a abrir espacio en tu espacio vital, te muestre de qué te estás agarrando y cuánto “sufres” por esclavizarte a ese apego. Que te disfrutes el ejercicio tanto como me lo disfruto cada que lo hago. Para tu reflexión final te dejo este vídeo.

 

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3 comentarios en “Lo que no sirva que no estorbe: Cómo deshacerte de lo que ya no necesitas

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