Esta fue una de esas ideas que vienen desprevenidamente cualquier tarde caminando hacia el metro de regreso a casa. Es como una flecha que te entra y te desgarra el alma por dentro… y luego se queda como una vocecita repitiéndose como si fuera un eco: la lealtad es un privilegio de las almas libres… la lealtad es un privilegio de las almas libres… la lealtad es un…
No es común esta idea. Ni siquiera puedo decir que sea mía o que incluso sea original, pero creo que sí tiene un significado importante en muchos sentidos de la vida.
La lealtad
Se me hace una idea vaga para explicarla, pero firme para vivirla. Es estar donde “se es” al margen de cualquier opinión, altibajo o vaivén contrario. Soy leal cuando soy uno con uno, cuando no necesito agradar, ni calcular un resultado, ni esperar retribución. Elijo estar CON algo y PARA algo, y es una decisión que tomo autónomamente. Lo reitero: no sé cómo definirla, pero sí sé cómo vivirla.
Es un privilegio porque hoy día, aunque salgamos indignados a decir lo contrario, en muchas de nuestras relaciones nos mueven el interés o la necesidad, y ser limpiamente leal es complicado. Quizás cuando estamos con algo o con alguien solo por el mero deseo genuino de “estar ahí”, estamos siendo leales.
Por fin entiendo esa idea que oigo hace años de que la primera lealtad es hacia nosotros mismos… y luego hacia todo lo demás. Cuando le soy leal a una idea, una cosa o una persona, estoy siendo leal conmigo mismo, estoy siendo leal a mi propia coherencia. ¿Se puede ser leal a algo más que no sea una persona? Quizás sí, quizás a lo simbólico de ese objeto o situación. Pero esa es una discusión que no pienso dar aquí y que tampoco me importa por ahora.
Es libre
Como ya lo he dicho, la lealtad es quizás una de las más fervorosas muestras de libertad personal que podamos dar. La lealtad es una elección del alma, es una decisión autónoma ¿Puedo estar dispuesto a morir por ser leal a alguien o a algo? Quizás… pero en últimas ¿Cuál es la naturaleza de la muerte? Quizás morir por ser leal a algo sea la máxima muestra de lealtad alcanzable.
A quien no le importe morir por aquello en lo que cree, por aquello a lo que le es leal, quizás ya está muerto. Puede que resulte quien diga en este momento que eso se llama ¡Fanatismo! Pero el hecho de volverse fanático lleva implícito algún tipo de esfuerzo; hay que desbordarse haciendo algo para volverse fanático, en cambio la lealtad es presencia plena, es silenciosa, es elección, es libre, es algo que no hay que forzar porque simplemente está ahí, fluye como un río sin esfuerzo.
Le lealtad es una manifestación del sentido de afiliación; es amor puro sin condiciones, ni expectativas, ni decepciones, ni manipulación. Ahora mismo que digo todo esto, no sé qué tantas veces he sido leal. Tal vez me ha faltado aceptar más, respetar, dejar ser. Me he visto incluso reclamando por la des–lealtad de otros hacia mí, lo que en sí es una contradicción lógica. Pero de nuevo, al primero que soy leal es a mí mismo: si decido aceptar la vulnerable e imperfecta deslealtad de otros es porque tengo abierto ese límite. Si no, pues no, soy implacable con los límites de la lealtad a mi propia convicción.
¿Cuál es la verdadera naturaleza de la lealtad? Ser leales hasta el fin ¿Cuál fin…? Pienso en los que se aferraron a una idea y murieron siendo fieles a ella: tal vez esa era su vida, su verdadera esencia, fueron leales a lo que creían, aun sabiendo que dejarían de existir por defender su lealtad a su creencia.
¿Qué es lealtad para ti?
¿A qué y a quién le has sido o le eres leal?
¿Qué estás dispuesto (a) hacer o dejar de hacer por esa lealtad?
Pues yo afirmo lo dicho, lealtad es libertad definitivamente, es difícil ser leal con tantas distracciones, pero quien decide serlo ha ganado mucho en la vida; ser leal sin ser fanático, ser leal sin ser superior, porque la lealtad nos da humildad; al leer tu artículo me doy cuenta que estoy en este camino de la lealtad, me siento diferente, cuando pocos años atrás no la conocía, estoy luchando por ganarla, quiero ser leal a todo y todos, esta libertad interna que siento es lo mejor que me está pasando, es una lucha constante día a día con cada situación de demostrar ser leal, pero creo que el primer paso de dejarla entrar en tu corazón ya es una gran ganancia.
Sí, como dices, eso es un camino. Ahora que lo pienso me haces caer en cuenta de que omití lo relacionado con la confianza, que es clave en la lealtad. Gracias por tu comentario.
Siempre he considerado más importante la lealtad que la fidelidad, al fin y al cabo la infidelidad es casi que innata al ser humano, pero se leal cuesta y es cierto, te hace libre. Cp.