Esta es una apuesta arriesgada: atrevernos a hablar de suficiencia, definir qué es lo mínimo vital y esencial para existir dignamente. Puede ser difícil en la medida que toca temas profundos en la esfera de lo personal y subjetivo. También es una apuesta arriesgada porque implica “ponerle marco” a algo que ya en otra parte he dicho que no lo tiene; puede ser que incluso yo mismo me contradiga, aunque mi intención no es otra que proveer una guía general de lo que podrían ser las bases prácticas de una vida minimalista. Sin más preámbulos, entremos en materia.

¿Qué es suficiencia?

La suficiencia consiste en tener lo necesario para acceder sosteniblemente a una canasta digna de bienes y servicios que resuelva las necesidades del individuo o de su núcleo familiar y que adicionalmente permita convertir una parte del ingreso en ahorro, inversión o acceso a la propiedad.

Veamos esta definición por partes: lo primero es que el uso del término “suficiencia” se asocia a la acepción de capacidad, opción y posibilidad. Lo siguiente es que “tener lo necesario” da cuenta de disponer en la justa medida de algo, es decir, ni mucho ni poco, ni exceso ni defecto. Al referirnos a la posibilidad de “acceder sosteniblemente” no solo se refiere a tener dinero con qué comprar, sino a que lo que se requiera también esté disponible en unas condiciones razonables para ser conseguido y qué tan capaz es la persona de seguir accediendo a lo que requiere a lo largo del tiempo. De nada nos sirve tener una suficiencia intermitente o incierta.

Cuando hablamos de una “canasta digna” nos referimos al conjunto de bienes y servicios que se ofrecen en condiciones seguras, respetuosas y apropiadas, y que tampoco atentan contra la dignidad, los derechos y la integridad de una persona. Al referirnos a “necesidades” tomamos en cuenta un conjunto de aspectos básicos en la vida moderna de cualquier persona promedio en una ciudad. No obstante, vale a aclarar que aunque estas necesidades sean generales, los elementos satisfactores (aquello con lo que se resuelve la necesidad) puede variar según el contexto e inquietudes de cada persona. Por ejemplo, para alguien que viva en el campo, la necesidad de transporte tenga unas connotaciones muy distintas a las de alguien en una ciudad. Para alguien que viva solo o acompañado, que sea soltero o casado con hijos, su contexto de suficiencia puede variar.

Finalmente, resalto que la suficiencia no se trata de vivir en un nivel de ingreso estricto, sino todo lo contrario, un nivel de balance entre ingresos y gastos que permita cubrir holgadamente las necesidades y adicional a eso poder acceder a alternativas de ahorro, generación de ingresos extra, otros negocios, inversiones, etcétera. Aquí se trata incluso de romper la concepción de que “ahorro o invierto lo que me sobra”, sino que mi ingreso inclusive deberá alcanzar regularmente para esto.

Componentes de la suficiencia

Los componentes mínimos de la suficiencia se relacionan con aquellos aspectos que son necesarios para un supervivencia digna. De nuevo, aquí reitero que no se trata de una vida llena de privaciones y límites, sino de dejar en claro qué es lo básico necesario que podemos acceder en nuestro nivel de civilización actual. Estos componentes son:

• Alimentación
• Vivienda
• Vestuario
• Educación
• Salud
• Recreación
• Transporte
• Comunicación (TIC’s)
• Ahorro
• Inversión
• Protección y aseguramiento

Veamos cada uno con qué se relaciona:

Alimentación:

• Una cantidad suficiente para cubrir las necesidades calóricas del organismo de forma balanceada, teniendo en cuenta la edad de la persona, sus condiciones físicas y estilo de vida, estado de salud, ocupación, sexo, etc.
• La posibilidad de tomar por lo menos  tres comidas balanceadas en el día (desayuno, almuerzo, cena) que incluyan proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua.
• La alimentación, para ser digna, también deberá estar disponible en condiciones adecuadas de salubridad y calidad, siendo accesible tanto por la facilidad de llegada a los sitios de expendio como por la racionalidad de su costo.

Vestuario:

• Un vestuario digno es aquel que mínimamente garantiza protección contra los factores naturales como el frio, calor, humedad, viento, lluvia, entre otros.
• Por vestuario digno se entenderá el conjunto de prendas de vestir que le permiten a una persona ejercer libremente su personalidad, preservar su autoestima y desempeñarse culturalmente.

Vivienda:

• Una vivienda urbana digna debe proveer acceso permanente a recursos naturales y comunes (iluminación solar, ventilación natural), a agua potable, electricidad, instalaciones sanitarias y de aseo, posibilidad de almacenamiento de alimentos en condiciones de salubridad, acceso a la recolección de basuras, drenaje adecuado y acceso a servicios de emergencia.
• La vivienda se considerará digna en la medida que esté ubicada en un lugar que permita el acceso a espacios libres o recreativos, al transporte público, a servicios de atención de la salud, centros de atención para niños, escuelas y otros servicios sociales. La vivienda urbana debe estar lejos de fuentes de contaminación que amenacen la salud de sus ocupantes o de zonas que ofrezcan riesgos por eventuales desastres naturales.
• En términos de las condiciones físicas, la vivienda debería contar con piso diferente a tierra, ya sea en baldosa, cemento, lámina, madera, etc.; paredes diferentes y mejores a madera burda, tabla, tablón, guadua sin tratar, otra clase de fibra o material vegetal, zinc, tela, cartón, desechos o sin paredes y albergar menos de 3 personas por cuarto (lo contrario se considera hacinamiento crítico).
• La vivienda digna debe ser asequible a un costo que esté acorde a las posibilidades de ingreso de la persona. La dignidad de la vivienda también se da por la seguridad jurídica en su tenencia brindando protección contra el desahucio, el hostigamiento u otras amenazas al sostenimiento de los derechos de propiedad.

Educación:

• Se entiende por educación digna aquella que dispone de los recursos personales, organizativos y materiales ajustados a las necesidades de cada alumno. Es una educación en la que mínimamente se garantiza el acceso a docentes idóneos, instalaciones físicas adecuadas, un ambiente seguro y el acceso a material didáctico de calidad y actualizado.
• Una educación digna ofrece acceso a contenidos, tecnologías y metodologías pertinentes, así como al conocimiento básico que permita la apropiación de instrumentos para participar en la vida práctica, económica, política y social. Una educación digna, en sí misma, asegura la inclusión social y la igualdad.
• Una educación digna también facilita el acceso a alternativas de formación que consideren características especiales del alumno según sus capacidades cognoscitivas o psicomotrices.

Salud:

• Una oferta digna de salud comprende el acceso  a la prevención, tratamiento y manejo de la enfermedad, la preservación del bienestar mental y físico a través de los servicios ofrecidos por profesionales de medicina, odontología, enfermería y afines, así como todos los bienes y servicios diseñados para promover la salud, incluyendo servicios de prevención, atención especializada, hospitalización, ayudas diagnósticas y atención curativa o paliativa cuando sea requerida.
• Incluye además la posibilidad de acceder a los medicamentos y demás recursos que se requieran para llevar a cabo tratamientos
• Se entiende además la  posibilidad que tenga el grupo familiar de elegir el prestador de servicios de salud que mejor se ajuste a sus necesidades entre una gama de opciones que estén a su alcance. Adicionalmente, la posibilidad de que se les brinde confianza, agilidad y calidad en la atención, en un ambiente de respeto, cordialidad y confidencialidad.

Transporte:

• Acceso al servicio público de movilización que permita resolver la necesidad de trasladarse de un lugar a otro en un tiempo razonable, a un costo accesible y en condiciones de seguridad, orden y limpieza.

Comunicaciones (TIC’s)

• Una oferta digna en comunicaciones garantiza el fácil acceso a medios y recursos a costo razonable, permitiendo a las personas comunicarse e interactuar remotamente con otras.
• También se relaciona con el acceso a recursos que le permitan integrarse al flujo de información de la sociedad, de manera que puedan aprovecharlo en su bienestar y beneficio personal.
• Una canasta mínima digna de Tecnología de la Información y la Comunicación consideraría: acceso a servicios de internet, acceso a tecnologías de comunicación móvil (aparato de comunicación, planes de telefonía móvil, etc.) y acceso a medios masivos de comunicación (periódico, portales web, televisión, etc.). Posiblemente esta sea una de las canastas mínimas más relativas porque está atada, en gran medida, a los gustos y necesidades particulares de las personas.

Ahorro:

• Se considera suficiente el ahorro si permite establecer una reserva segura, disponible y relativamente rentable de dinero que pueda emplear en para cubrir necesidades en el futuro, conformar un capital, cubrir compromisos, eventualidades o reducir (e incluso eliminar) la posibilidad de endeudarse.

Recreación:

• La recreación y el esparcimiento también tienen un fuerte componente subjetivo. Adicional a eso, hay fuentes de esparcimiento diversas y en muchos casos gratuitas. Para efectos prácticos, la suficiencia en cuanto a la recreación y el esparcimiento se considera si se satisface la necesidad que tienen los individuos de realizar actividades que generen diversión, relajación, entretenimiento y en general otras formas de disipación o cambio en su rutina. Dichas actividades podrán ser sociales, artísticas, deportivas, culturales, entre otras.

Inversión:

• Se considera que hay suficiencia si la persona puede acceder a diferentes fuentes de ingresos ya sea colocando dinero a rentar o generando algún otro tipo de emprendimiento, intercambio o negocio que le permita diversificar sus fuentes de ingresos. En este sentido, revisar la entrada Bases Filosóficas de la Sencillez Financiera.

Aseguramiento y protección:

Se entiende que hay suficiencia en el aseguramiento si se puede acceder a alternativas que, en caso de un siniestro, protejan la capacidad económica para seguir satisfaciendo las necesidades básicas por un tiempo prudencial y mantengan la continuidad sobre la propiedad o el nuevo acceso a esta en caso de perderla.

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Referencias:

Alimentación:
http://www.ohchr.org/Documents/Publications/FactSheet34sp.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Alimentaci%C3%B3n_humana

Vivienda:
http://es.wikipedia.org/wiki/Vivienda_digna
Basado en Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25, apartado 1 y en el artículo 11 de Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
http://www.cetim.ch/es/documents/bro7-log-A4-es.pdf

Educación:
http://consultacalidadeducativa.me.gob.ve/wp-content/uploads/2014/05/Rodrigo-Jaramillo-Roldan_La-Calidad-de-la-Educaci%C3%B3n_1999.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Calidad_educativa
http://www.educar.org/articulos/calidadeneducacion.asp
http://www.oei.es/calidad2/aguerrondo.htm

Salud:
http://es.wikipedia.org/wiki/Asistencia_sanitaria Según definiciones de la Organización Mundial de la Salud
http://www.who.int/healthsystems/about/es/
http://www.who.int/whr/2008/08_report_es.pdf?ua=1
Concepto de atención primaria en salud de la Organización Mundial de la Salud.

Recreación-esparcimiento:
Ensayo Dr. Alejandro Emilio Ramos Rodríguez – «La Recreación: necesidad y oportunidad para el desarrollo humano desde y para las comunidades» – La Habana -Cuba, septiembre de 2011.

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Origen de este documento:

Este fue un esfuerzo que realicé desde finales del 2014 en mi antiguo empleo y que se enmarcaba en un proyecto para formular una política de remuneración justa. La inquietud esencial tenía que ver con el hecho de que el salario estuviera cubriendo las necesidades reales de los empleados, haciendo una análisis más allá de deseos o expectativas subjetivas, y más bien apelando a criterios generales que luego pudieran cuantificarse.

Fue así como luego de varias revisiones y ajustes se llegó a esta propuesta y luego procedimos a investigar cuánto costaba vivir así, apelando a diversos contextos. Tiempo después, durante el 2015, me empecé a dar cuenta de que estas podrían ser guías útiles en el planteamiento de un «Minimalismo Técnico», es decir, responder a la pregunta de: Si yo actuó como un minimalista ¿Cuáles deben ser los mínimos necesarios que debería cuidar? Adicional a esto, surge otra pregunta aún más ácida: ¿Qué podría considerarse exceder los mínimos necesarios? Es decir, teniendo claro qué es lo básico ¿Lo que se salga de esa clasificación podría considerarse como un «lujo»?

Indudablemente, este trabajo no se hizo solo. Aquí agradezco la colaboración y asesoría de: Monica Patricia Medina P. y Diego Afanador

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